viernes, 2 de diciembre de 2011

El poljé de La Nava, Cabra




Poljé de La Nava, sale el sol




Parque Natural de las Sierras Subbéticas, al pie de la Ermita de Cabra. Un poljé (se dice polyé) es una formación geológica interesante, se trata de una llanura entre montañas formada por disolución y destrucción de las rocas por procesos cársticos. La llanura está atravesada por un río, ¡que desaparece en un sumidero!, y es característico que periódicamente se supere la capacidad de trágala del sumidero y el valle se inunde. La vegetación del valle está condicionada por este fenómeno. El poljé de La Nava está situado a 900 m de altitud, en medio de un circo de rocas calizas horadadas y ahuecadas por la erosión. Cualquiera sin ser un forzudo puede levantar una roca de buen tamaño y arrojarla a los filisteos como aquel Hércules que arrojaba rocas y columnas de porexpán que caían lenta y blandamente sobre los malos que las sujetaban firmemente contra sí. El río Bailón se divierte por el llano. Veremos una vegetación herbácea de pratenses, y también ranúnculos, narcisos, peonías, etc. Singular es también la vegetación arbórea que salpica el valle y que puebla el circo de laderas que lo envuelven: enormes quejigos, olmos viejos, una especie de arce de hojas pequeñitas trilobuladas que tapizan su sombra otoñal, el arce de Montpellier, y una curiosidad, abundancia de majuelos de porte arbóreo. El majuelo es el espino albar, una rosácea de flores blancas y bayas rojas que aquí, presionado por el ramoneo de ovejas y cabras, toma formación arbórea, forzando su natural arbustivo. Otra curiosidad es la abundancia de cornicabras: la cornicabra es un terebinto, árbol dioico, es decir, con pies de cada sexo, del género del pistacho, que forma unos cuernos rojizos que le dan nombre, cuernos que no son lo que parecen, sino especie de agallas formadas por reacción de la planta al ataque de un pulgón específico que aprovecha para establecerse dentro.
Pleurotus eringii

Y otra curiosidad que nos mueve a ir ahora: se da allí la seta de cardo, Pleurotus eringii, una seta muy apreciada. Este pleurotus se da asociado como micorriza a las raíces del cardo corredor, Eryngium campestris. Lo bueno de este cardo es que es un cardo atípico, ya que los cardos en general son de la familia de las Compuestas, donde están las margaritas pero también las alcachofas y las tagarninas y los cardos borriqueros, pero este cardo no está en esta familia, de eso me avisó el avezado Manuel Alvarado, cofrade de la Muscaria, que el cardo corredor es de la familia de las Umbelíferas, como anisitos, cominos y culantros, aunque según la wikipedia sería de las Apiáceas, que será seguramente la clasificación más moderna. Es corredor, la parte de la planta donde están en su momento los frutillos, que son como pipillas, queda libre al morir el tallo, siendo entonces arrastrada por el viento dando tumbos como en las películas del Oeste.

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