En la Organización llevábamos mucho tiempo preparándolo
todo; habíamos renunciado a nuestros anteriores trabajos para dedicarnos en
cuerpo y alma a la preparación del evento. Nuestros sueldos no eran
extraordinarios, y por añadidura teníamos que viajar continuamente por el
mundo, contactando con otras organizaciones análogas, ¡cuántas veces recuerdo
haber envidiado a un simple funcionario anónimo mientras regresaba al hotel con
la incómoda sensación de haber comido y bebido más de la cuenta! Pero en este
trabajo todo es abnegación y sacrificio: privados de una vida ordenada y sana,
de familia, de una vivienda en la que vivir, de los más elementales derechos de
los más humildes ciudadanos, a cambio de una vida de servicio.
Hicimos todo lo posible. Viajamos durante años por todo el
mundo estudiando los distintos premios de loterías, qué números tocaban y cuáles
no; en nuestras frecuentes reuniones y almuerzos de trabajo con colegas
internacionales, hábilmente sondeábamos a éstos sobre sus conclusiones,
observando con satisfacción y no cierta inquietud que muy frecuentemente se
asemejaban a las nuestras. En nuestras comisiones de trabajo se fueron
depurando las opciones, y así fuimos eliminando números que ya habían salido,
números que ya habían salido en países próximos, capicúos, que no salen, números inverosímiles como
222222, que aunque uno del Consejo que es perito nosequé dice que puede salir
igual que el 258013, todos los demás sabemos que eso no es más que una tontería
teórica, porque quién ha visto salir un número así. El mismo listo dice que los
que han salido están también en el bombo y pueden salir, pero a ver quién ha
visto que salga siempre el mismo. Así que dejamos que el perito se explaye,
especialmente mientras le tiramos al marisco, pero ni caso.
Así fuimos después de muchos estudios depurando las opciones
hasta enfocarlas en una bolsa que se adquirió por fin, hay que decir que sin
coste para nadie porque era del Presupuesto del Estado. Habíamos encargado a una
empresa especializada que nos hiciera un estudio sobre las repercusiones del
premio, que resultaban gigantescas. Eso por si alguien dudaba.
Y ayer fue el sorteo. No nos tocó. Fue un jarro de agua
fría. Tanto esfuerzo para nada. Qué
injusticia, porque habría que ver por qué salió el que salió, tan anodino, un
poco repipi.
Hay que seguir luchando, que no pare aquí este enorme
esfuerzo.
A quienes digan que tanto para qué hay que decirles que
tengan fe, que quien la sigue la consigue. Que tampoco es verdad que todo para
nada. Los décimos de lotería son excelentes marcadores de lectura que nos
recuerdan la página en la que cerramos el libro y a la vez aquel esfuerzo en el
que acariciábamos el éxito. Sirven también para muchas actividades como la
fabricación de papel maché de calidad o la papiroflexia. Vamos a proponer la
creación de una Entidad Gestora de Utilidades y Revalorización de la Inversión
Para Activar (EnGURIPA). Ha sido una injusticia y no debemos pararnos aquí.
Hay que aprovechar que ya tenemos una estructura y una
experiencia, y gente dispuesta al sacrificio como un servidor de ustedes. No
duden.