viernes, 30 de septiembre de 2011

Mudos en Maricastaña

El pasado sábado 24 sucedió un acontecimiento tremendo: la II Convención de Compis: Galaroza - El Castaño 2011.

10 mudos 10 de los Mudos y Parlantes de este bloj nos lanzamos a la carretera, a los caminos, a los manteles, ...

Una parte de la comitiva quedó en Galaroza para subir andando a El Castaño por el camino del Picote. Terrible caminata de 3,3 km sin cuerdas ni crampones, lo que dificultaba la ascensión ante la falta de oxígeno. No obstante, creciéndose ante la dificultad, el grupo subió tonteando y charlando y de cuando en cuando suspirando, ay, ¿queda mucho pa llegar?

Otra parte más prudente, decidiendo conservar sus fuerzas para los manteles, llegó directamente a la plaza de El Castaño directamente en coche, aunque no pudieron aparcar allí mismo: también el automovilismo tiene sus dificultades.

Cuando la primera parte llegó, ya la segunda parte se apuntaba a la segunda parte de botellines al aire libre. Segunda parte y primera parte, unos sin, otros con, no respectivamente.

 La plaza de El Castaño, aun con los cuatro ¿olmos? anormalmente podados, desmochados, a estas fechas, es una delicia: sombra, sol, aire libre limpio, una ventana al campo en el callejón que baja.

Y Maricastaña nos reserva sitio en la solana, en nuestra esquina preferida. El lugar está lleno y no se puede esperar que nos atiendan antes que a los que ya estaban. Así que las charlas se amenizan con unas cervecillas, y vinos, eh, eh, Ramón Bilbao Crianza 2008 Edición Limitada, que es un gusto, desde las 15 hasta las 17, que ya por fin aparecen las comidas: brazuelos de cordero lechal de oveja churra (copio) "cocinado al horno con un buen fondo de verduras y un toque suave de vino". Y otras cosas. Postres, cafés, chupitos.

Y vuelta, de nuevo unos en coche, otros a pie, hasta la base de Galaroza. Y de allí pa casa, cada orzuelo a su ojillo.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Nabizas, rabizas y grelos


Boletos y nabizas, ¿o rabizas?
Qué difícil.
¿Es tiempo de grelos?, pregunté este agosto en As Revoltas, Cabana de Bergantiños. No, pero se pueden conseguir nabizas, me contestó la procuradora. Pero según ponía el oído, en ocasiones oía rabizas. Qué lío. Pero con ayuda del Instituto da Lingua Galega te lo aclaro:

Esta (la nabiza) o se siembra entre los maíces o se siembra en nabal aparte. La que se siembra a la sombra del maíz, jamás echa nabo ni raíz larga. Así que salen las primeras hojas, se arrancan del todo y se comen en el rigor del verano. Sólo esas hojas son las famosas, gustosas y medicinales. A esas llaman en Pontevedra nabizas no rabizas. Al contrario, a las hojas que van saliendo en el nabal y que duran hasta el invierno llaman rabizas no navizas, y cuanto más adelante son peores, hasta que por enero produzcan los grêlos. Entonces o antes salen de los nabos unos renuevos o pimpollitos que han de dar la flor y la semilla. Estos son los grêlos tan delicados.

Portanto:
Nabizas en verano, planta entera sin nabo (raíz engrosada). A la sombra del maíz.
Rabizas en nabal, hasta invierno, y se arrancan las hojas.
Grelos en enero, pimpollitos de flor del nabal.

Nabos del nabal rabizal




domingo, 25 de septiembre de 2011

Diego Uña Calleja y La Divina Comedia

A principios de verano compré un ejemplar de segunda mano de La Divina Comedia. Tiene en el interior un sello de Manolita Pérez, periódicos y revistas, San Nicolás 27, La Coruña. Es una edición de 1935.
Escrito con pulcra letra en pluma tiene un nombre: Diego Uña Calleja. Luego, este Diego Uña escribe de nuevo su nombre con un lápiz de esos que eran azules en un extremo y rojos en otro; el mismo lápiz con el que señala y subraya.
Buscando en la red aparece como autor de  El Misal Litúrgico, Abadía Benedictina de Samos, Santiago de Compostela 1937. ¿Fue un abad? No sería un lego de tan notable monasterio.
Que un religioso estuviera leyendo este libro de viaje a los infiernos en una época tan infernal plantea preguntas: ¿bajó él al infierno?, ¿qué infierno?, ¿regresó?

Le sigo sus huellas, sus marcas por el libro. Podría decirse que en lugar de seguir el hilo del libro las marcas señalan sus propias inquietudes del momento. Parece adivinarse un estado de ansiedad, de turbación.
En el Canto Primero de El Infierno señala en rojo: Mira esa fiera que me obliga a huir. Socórreme, sabio famoso. Mis venas están heladas y tembloroso mi pulso. Luego (...) que me ayudes a huir de este lugar y de otros acaso más funestos; acompáñame a esas regiones de que me has hablado y haz que yo vea la Puerta de San Pedro y a los que, según tus palabras, sufren tan cruelmente. Más adelante: Tú eres sabio y comprenderás aun aquellas razones que no acierto a exponerte (...) me detuve en aquella oscura pendiente, sobrecogido ante lo temerario de la empresa que con tanto ardimiento había querido acometer. 
En el Canto Octavo una cruz azul señala ...se separó de mí aquel generoso Padre y me dejó solo, lleno de punzantes dudas.
En el Canto Vigesimosexto señala en rojo cómo Ulises termina de contar una de sus peripecias: ...hasta que volvió el mar a cerrarse sobre nosotros.
En el Canto Sexto de El Purgatorio señala un pasaje de lamentaciones por el destino de Italia, dividida en Montescos y Capuletos, Monaldos y Filipeschi.
Ya no hay más señales.
¿Llegó hasta El Paraíso?

viernes, 23 de septiembre de 2011

Muiraquitão

La  Muiraquitão de Macunaima, o herói sem nenhum carácter de Mário de Andrade.

Bueno, no es la preciada Muiraquitán de Macunaíma, es una turquesa (¿o seudoturquesa?) de Fisterra, donde pagué el rescate que pedían unos mercaderes rumanos o romanís.

Voy a pegarla en su sitio también, donde está El hombre de los colores.

¿Hablaré algún día de Macunaíma? Creo que sí.

domingo, 18 de septiembre de 2011

sábado, 17 de septiembre de 2011

Rudy A Message To You

Ayer me desperté con una vieja canción de esas que se quedan pegadas en la memoria aún sin saber qué son. La busqué la busqué y aquí os traigo un enlace.
http://www.youtube.com/watch?v=BwuTHjoOOtk
Es la versión de Dandy Livingston, el padre del tema.
Traigo de la Wikipedia un parrafito:

En 1967, Livingstone firmó con Ska Beat Records, con los que grabó su primer disco al año siguiente: "Rocksteady with Dandy". Su single de 1967, "Rudy A Message to You," fue top 50 en el Reino Unido y con el tiempo se convertiría en un clásico del ska, grabado por bandas legendarias como los ingleses The Specials o los argentinos Los Fabulosos Cadillacs.

He sacado una letra que parece que no es exactamente esta. Que aproveche.


Stop your messing around,
Better think of your future.
Time you straighten right out,
Creating problems in town.
Rudy, a message to you Rudy.
A message to you.
Stop your fooling around.
Time you straighten right out.
Better think of your future,
As you wind up in jail.
Rudy, a message to you Rudy.

PS a 19/09/11
Por cierto que vale la pena echar un vistazo a los enlaces de The Specials y Los Fabulosos Cadillacs. La versión de Rudy de The Specials está estupenda:

La de Los Fabulosos me parece un poco acelerada, pero he oído algunos temas de Bares y Fondas, su primer disco, recomendables. Yo escuchaba Radio Futura y Gabinete Caligari, que no están mal, y los peques de esta familia: Ilegales, Siniestro Total. Uf.
De Los Fabulosos traigo un tema de Bares y Fondas, creo que muy bonito. También me ha gustado de esta gente El baile de la mar, que ya no lo traigo, ea.

jueves, 15 de septiembre de 2011

El duende de las mudanzas

Esta es una historia de las que contaba mi madre, de su pueblo, Altea.

En aquellos tiempos mucha gente vivía en el campo, cerca de sus huertos, o simplemente en el campo. Pues..., se cuenta de una familia que vivía en el campo, lejos del pueblo, allá para los montes, y un duende que vivía en su casa les hacía la vida imposible. No se le veía nunca, pero cuando uno iba a buscar una cosa, la cosa no estaba ahí en su sitio, sino que estaba en otra parte, donde menos se lo podía uno imaginar: la paella del domingo no colgaba de su clavo, sino que aparecía en el corral, encima de la artesa vieja; la raba del arado no estaba en la cuadra a la entrada a la derecha, como siempre había sido, sino en la cambra, donde cómo había subido. Y así, con los años, todo era dar vueltas, como un pollo sin cabeza, cada vez que uno quería hacer algo.

Tan trastornada andaba la familia que acordaron dejarle la casa al duende y mudarse junto al pueblo.

Así que llegó el día de la mudanza y, de noche para llegar al alba, partió la familia. El carro ya estaba cargado hasta lo máximo, y cada miembro de la familia llevaba además un pesado fardo.

Cuando llevaban horas de penosa marcha la mujer pegó un grito, “¡ay!”; “qué pasa, dona”, preguntó el marido; “que m'he deixat la paella de los dumenges”, contestó la dona. (Ooooooooh). Después de un silencio se oyó una vocecita atrás en la oscuridad: “la porte yo”. Era el duende.

Tengo que pedir disculpas por mi muy deficiente valencià, pero dicho en castellano, el duende era el que llevaba la paella de los domingos. La paella, como sabéis, es tanto el cacharro como lo de dentro, o así era entonces, quizá porque solía estar vacía.

Esta es la historia que contaba mi madre, sin embargo, en las mudanzas normales el duende hace justamente lo contrario: hace desaparecer objetos durante meses, a veces para siempre. Otras veces escribe cositas por ahí con su letra pequeña como pisadas de insecto. Y no habla con su vocecita, sólo se ríe para sus adentros.
 
- Hola, somos las necoritas de Canduas, estamos invitadas a la paella.
- Between, between. I paella.

martes, 13 de septiembre de 2011

Professores

"Para nós todos, que ainda nos indignamos e ainda podemos fazer alguma coisa.
Para nós todos que AINDA não desistimos de nossas escolhas profissionais e que ainda não desistimos de nós mesmos.
Para nós todos que em algum momento ja enchemos de lágrimas nossos olhos e nos questionamos sobre a decisão de sermos professores.
Para nós todos que amamos as pessoas , as idéias e a vida e além disso ainda temos que ouvir que não o sabemos fazer.
pois é... para nós todos que pulsamos, que AINDA pulsamos."

domingo, 11 de septiembre de 2011

El hombre de los colores

Mientras me duchaba hoy domingo me encontré un cuento, escrito en pequeño en un azulejo, sin duda escrito por el duende de las mudanzas (del que volveremos a hablar):
En un país muy lejano, en tiempos remotos, vivía un hombre al que le gustaban los colores. Veía por ejemplo una piedra turquesa, de un determinado turquesa, no cualquier turquesa, y se decía, “cómo mola, ¡me lo pido!”. En aquél país se podían comprar colores, bueno, más que comprar habría que decir quizá adquirir, porque el mecanismo era muy diferente al que estamos acostumbrados a referirnos con la palabra “comprar”. Siguiendo con el turquesa, suponiendo que queremos adquirirlo, hay que ir ahora al funcionario de enajenación de turquesas, y solicitarlo. El funcionario consulta unas tablas gruesas (no maderas, hombre, las tablas son cuadros con muchos números y letras ordenados en matriz de filas y columnas), tablas en las que están los precios de los colores. Mira la columna de colores, convenientemente codificados, mira la fila de encabezado de áreas: no es lo mismo comprar el determinado turquesa en tres kilómetros cuadrados que en quinientos setenta y cinco mil, y por qué quinientos setenta y cinco mil, pues porque es la superficie aproximada de la Península Ibérica; así que decíamos que el funcionario mira la fila, mira la columna y mira también la altura: sí, sí, ¡es una tabla tridimensional!, la altura dice el tiempo, no vale lo mismo adquirir el determinado turquesa por media hora en 100 metros cuadrados que por trescientos años en quinientos setenta y cinco mil kilómetros cuadrados. Así que el funcionario seguiría la fila, la columna y la altura y en la casilla de encuentro aparecería el precio, perdón, sería más adecuado decir “contraprestación”. Y, por ejemplo, diría, “pues este turquesa en las condiciones solicitadas te costaría trabajar siete meses para la maquinaria del Estado, más otros siete meses para pagar los correspondientes impuestos”. Las restantes condiciones las sabe cualquiera que vaya a adquirir, no nos aburramos con ellas.
Nuestro hombre fue así adquiriendo un turquesa, un naranja, un verde, un amarillo. En otros momentos prefería un negro, un marrón, un azul oscuro como pluma de cuervo. O también un blanco ligeramente amarillento, un gris claro, un verde manzana.
Así fueron pasando los años. Más años. 
Un domingo, mientras se tomaba su tostada mañanera, miró el abigarramiento de colores amontonados en el que vivía: ¡daba mareo!
“¿Y para esto llevo toda la vida trabajando?” Se preguntó.
Ea, ese es el fin. Bueno, el fin uno. Tenemos un fin alternativo, fin dos, que parece más pero sólo diluye:
“¡No, merluzo!”, le gritó por el empatífono el confesor de Hacienda.

Uúuh, tengo que cambiar esta foto por una de la piedra turquesa

viernes, 2 de septiembre de 2011

Richard Dawkins y la evolución

El 01/09/11 se publicó un artículo en El Mundo.es sobre la promoción por R. Dawkins de la educación obligatoria en teoría de la evolución: "El catecismo darwinista de Dawkins". Hoy 02/09/11 a las 18:45 h hay, ¡251 comentarios!, muchos de ellos acalorados. Adjunto enlace.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/09/01/ciencia/1314871068.html

Qué fenómeno.

Dawkins tiene dos libros famosos, según dice el artículo: uno, El espejismo de dios, me prometo leerlo; sí conozco el otro, El gen egoísta. Es éste un libro curioso que propone una variante de la tesis darwinista: el sujeto de evolución no es la especie animal sino el gen; es el gen el que vive o muere, se expande o retrocede. Me gustó mucho y me pareció muy razonable, aunque es polémico: incluso en ámbitos científicos tiene una aceptación desigual.

Ahora viene Mr Popper, el que da más brillo.
Sí, Karl Popper (1902-1994), el gran filósofo del realismo hipotético, se ocupó especialmente del problema de demarcación entre ciencia y no-ciencia. Como distintivo de la ciencia propuso el criterio de falsabilidad, es decir, una teoría científica sería capaz de hacer previsiones o afirmaciones que podrían ser contrastadas por la experiencia; este contraste podía concluir con la afirmación de la falsedad de la afirmación: la falsación. Sin embargo, nunca podría decirse que la teoría es verdadera: sólo nos aproximamos continuamente a la verdad, pero no podemos abarcarla.

Esta teoría que parece un rollo tiene la cualidad de separar unas cosas a las que podríamos llamar ciencia, que contienen o producen afirmaciones falsables, y otras cosas a las que podemos llamar metafísica (sin carácter despectivo, ¿eh?), como la misma teoría popperiana.

(Me encanta Popper, un filósofo bienhumorado que se esforzó por hablar claro y por defender la crítica frente a la autoridad academicista. Su autobiografía intelectual se llama La búsqueda sin término.)

Y ahora viene el cohete, ¡pum!: pues para Mr Popper, Karl Popper, la teoría darwinista de la evolución no sería una teoría científica sino metafísica . Decía Popper que no había nada que dijera esta teoría que pudiera ser nunca falsado. Ni los famosos canciños de Álvaro Cunqueiro, que corrían famosos con dos rabos, uno en cada cachiña. Es un decir.