sábado, 8 de septiembre de 2012

¿Una ciudad para vivir?

Qué pregunta, ¿acaso alguna vez nos la hacemos en serio?
¿Quién cambia lo que funciona razonablemente bien?
¿Quién deja atrás familia y amigos si no es por una razón poderosa?
Si añadimos la vinculación del trabajo ya el lazo es irrompible.
Pero...
Sostengo la opinión de que pasados los 50 miramos el futuro como una cuestión inminente. Mayor de 50, si además es divorciado, ojo, que se le activa el nódulo cerebral de los pantalones a cuadros coloraos. ¿Y si además de mayor de 50 y divorciado, cambiara su estado laboral de sólido a liquidado? Qué tragedia, ya se ve el brik de tinto peleón entre cartones. No, no, aún no, añadamos un nuevo si: nuestro pardo personaje puede permitirse ciertas exploraciones, tiene tiempo. Todavía.

Así que hablemos de la ciudad. ¿Qué tal Sevilla?
La mayor parte de los parroquianos de esta Tasca vivimos en Sevilla. Una ciudad bella, histórica, con una población en su aglomeración urbana en torno a un millón de habitantes, lo que permite casi asegurar que existe al menos otra persona casi tan vaina como tú, y seguramente con parecidas aficiones.
Tiene un clima benigno las tres cuartas partes del año: soleado (unas 2.900 horas de sol), seco (unos 500 - 700 mm de precipitación anual). No te creas el mito de la humedad alta, la humedad relativa del aire es generalmente baja.
La cruz: una cuarta parte del año se vive en estado de fiebre, con máximas de unos 40º y   mínimas de 25º, pero las mínimas sólo se alcanzan en la primera hora del nuevo día; de noche, a las 12, estarás cerca de 30º, por arriba o por abajo. Todos los días no, es cierto, digamos que semana sí, semana no. Fijaos en esta gráfica de oscilación de la temperatura media en Sevilla. ¡Media diaria!
Conozco muchas personas a las que les gusta el calor, pero yo no soy una de ellas: el calor me mata.

¿Ciudad grande, grande? Las ciudades muy grandes (Madrid, Barcelona) tienen sus ventajas, una de ellas es que el número mínimo de vainas semejantes a ti será, digamos, de uno por millón de habitantes, ¡lo mismo hay un club social de clones! Si damos por bueno el aserto de que el aire de la ciudad nos hace libres, pues, cuanto más grande la ciudad, más aire, ¿no? Los inconvenientes ¿mayores?: vivienda y desplazamiento caros, mucho tiempo en desplazamientos necesarios.

¿Ciudad pequeña, pequeña? Para los que gustamos de la naturaleza las ciudades pequeñas tienen un gran atractivo que hay que sopesar contra las ventajas de la ciudad grande. La ciudad pequeña suele tener un ambiente más tribal, bueno para los tribalistas, malo para los que no. Yo lo tengo decidido: a las ciudades pequeñas voy de visita y me encantan.

¿Qué clima? ¿Habrá una ciudad en España en la que el calor no me mate? Ideal (para mí, que soy el que habla ahora): temperaturas máximas por debajo de 25º; pero temperaturas mínimas suaves, que el frío también mata.

Lo tengo, lo tengo: La Coruña. Nada de calor, poco frío. Una ciudad moderadamente pequeña, hermosa y próspera. Es verdad que llueve mucho y se nubla y hay nieblas, pero el número de horas de sol, unas 2100 anuales, sin llegar a las 2900 de Sevilla, queda muy por encima de las 1500 de Londres.


Habría que probar: A Coruña, carallo.

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