domingo, 23 de septiembre de 2012

Del hombre que se sentía rombo

Ya termino con el Quarto livro de crónicas; hoy sólo un pequeño diálogo de O homen que se sentia losango. Ya sabéis que estamos con António Lobo Antunes.

- ¿Cómo estás?
es una bella pregunta. Normalmente respondo
- Qué sé yo
porque no me gusta mentir. Y qué sé yo de hecho. Unas veces estoy redondo, otras cuadrado, otras lleno de picos, otras licuado, otras ni siquiera estoy: me deslizo por ahí subido en una nube.
- ¿Cómo estás?
y es imposible responder
- Me deslizo por ahí subido en una nube
(...)
- ¿Cómo estás?
explico que no estoy redondo ni cuadrado. En este momento me siento una especie de rombo
- Estoy romboidal
quien interroga me mira sin entender
¿Romboidal?
y yo
- Sí, romboidal, ¿nunca te sentiste rombo?

Ay, sí, primero licuado, luego asperjado en un raro aerosol de rombos congelados.

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