Tomábamos la otra noche unas cervezas
en Casa Morales cuando surgió la cuestión: a qué llamamos taberna,
a qué tasca, a qué bar; por qué Casa Morales, por ejemplo, suele
llamarse Bodega Morales, o por qué su vecino se llama Bodegas Díaz
Salazar.
Armados ahora del Interné y del
Corominas abreviado (breve diccionario etimológico de la lengua
castellana) vamos a hacer una excursión por estos lugares y sus
nombres.
Empezaremos por BODEGA, ya que estamos.
Estas “bodegas” son hoy lugares de consumo de cervezas y vinos,
que incluso ofrecen tapas para acompañar la bebida. Suelen conservar
grandes tinajas que en tiempos se usaron para almacenar vino. Y es
que hace 30 años estas bodegas eran despachos de vino: lo mismo se
tomaba allí un vasito de vino que se llevaba uno el litro para casa.
Esto mismo lo hemos visto muy vivo en zonas productoras como la de
los gaditanos vinos finos y manzanillas, o en la de los vinos,
también finos, de Montilla, Moriles, Lucena, etc. Es decir, un
depósito, que puede estar asociado a la bodega de producción
original, en el que se distribuyen los vinos tanto para tomar in
situ como para llevar.
Qué dice Corominas:
BODEGA, 1092. Del lat. APOTHECA
'despensa', 'bodega', y éste del gr. apotheke 'depósito',
'almacén de provisiones'.
Y qué es entonces una TABERNA. ¿No es
lo mismo? Pues prácticamente sí, si no somos tiquismiquis. Veamos
qué dice Corominas:
TABERNA, 1228. Tom. Del lat. taberna
'tienda, almacén de venta al
público', 'mesón, posada', propte. 'cabaña, choza'.
Del
latín, a través del francés, pasa al inglés como TAVERN.
¿Y la
TASCA? Para TASCA hay que entrar en el Corominas por TASCAR, que
significaba quebrantar el lino con los dientes, y también morder el
freno, cosa de caballos. Entre sus derivados estaría “TASQUERA
'pendencia, riña', 1626, por comparación con los golpes de espadar
lino; y luego 'taberna', 1609, hoy en este sentido tasca”.
Vaya, parece que la Tasca fue una Taberna de mala fama.
El
británico PUB, de “Public house”, sería un establecimiento
donde se bebe, se come, incluso hay alojamiento, algo más parecido a
nuestras posadas y a las cervantinas ventas.
De
EEUU nos llega BAR, de “barra”, en su origen asociado al lugar de
encuentro de las poblaciones americanas. Alexis
de Tocqueville,
en Quince
días en las soledades americanas,
prácticamente un diario de viaje escrito en 1831, cuando los parajes
de los Grandes Lagos todavía eran zona de acción de los pioneros
americanos, nos
descubre
el bar-room; han
llegado al alojamiento en Pontiac:
(...) y
como de costumbre nos introdujeron en lo que se conoce como el
bar-room. Se trata de una sala donde se sirven bebidas y en la que se
reúnen para fumar, beber y charlar de política desde el obrero más
humilde hasta el más rico comerciante del lugar en un ambiente de
igualdad aparentemente perfecto.
Aquí hablábamos del librito de Tocqueville.
Nos
queda un ejercicio: cómo era una taberna romana, o sus equivalentes
aun anteriores; cómo nuestras tabernas en la historia. Veremos.