jueves, 5 de julio de 2012

El caminito del sol

Conviene situarse:
Vivo en un piso en planta cuarta en un bloque en hilera con otros bloques con frente a una calle. En el lado de enfrente hay otros bloques en hilera. La calle tiene un nombre de un señor, algún artista local, pero siempre se ha llamado calle Oriente, porque apunta hacia Oriente; si miras para el otro lado apunta a la ciudad vieja, que es donde está el punto de vista de su viejo nombre. Digamos que mi piso se sitúa en la margen izquierda según se alejan los coches de la ciudad vieja, es decir, la orilla Norte de la calle, que abre sus ventanas al Sur. Mi ciudad, que es Sevilla, Spain, está en el hemisferio Norte, a 37,23º de latitud.
Ha quedado establecido que la pared que tengo enfrente, con sus ventanas y sus compresores haciendo rrrrrrrrr, sigue una dirección muy aproximadamente O-E y tiene su frente al Norte.
Observación:
Nunca da el sol en invierno en la pared de enfrente. En invierno nos da a nosotros, los que miramos al Sur, muy tumbado y amable, el sol. En verano -ahora- el sol da por la mañana y por la tarde en la pared de enfrente, mientras que a mediodía da en la nuestra, la que mira al Sur, ahora muy alto en el cielo, por lo que no roza los vidrios de nuestras sureñas ventanas.
Esta cosa tan rara, que muchos negarán como cosa imposible, es tan real como el verano y el invierno, y se debe a que nuestro planeta tiene torcido su eje de rotación con respecto a la eclíptica, la trayectoria anual del planeta alrededor del sol. Si en algún momento el eje se enderezara un poco las estaciones serían más parecidas entre sí. Si la inclinación fuera nula sólo habría una estación suave; en esta latitud el sol al mediodía siempre estaría 37,23º por debajo del cénit.

Seguiremos.

Y seguimos...

Ji, ji, ji.
Imaginemos que la pared del vecino de enfrente es la línea E-O del gráfico. Los puntos rojos son el caminito del sol por estas fechas, en proyección horizontal (como la pared no es transparente, cuando el sol da por detrás, desde el Sur, la pared está a osvuras). En el solsticio de verano hubiera llegado a una altura máxima de 37,23 - 23,4 (37,23 es la latitud; 23,4 la inclinación del eje terrestre) = 13,8º al sur del cénit. Como se ve, el sol sale muy al NE y se pone muy al NO. Más de la mitad de su trayectoria por la mañana y por la tarde le pega a la pared orientada al Norte del vecino. Algo menos de la 2ª mitad de la mañana y de la primera mitad de la tarde nos da a los del Sur.
Lo malo es cuando hace calor en octubre: si miráis bien la gráfica, el 15 de octubre a mediodía el sol pega en la pared Sur con un ángulo de más de 45º sobre el cénit. O sea, el vuelo de la terraza, de aprox. 1,5 m, no me protege del sol en el cristal.
Lo bueno es en invierno: un invernadero.

2 comentarios:

  1. .
    En resumen, que en tu casa hace un calor de tres mil pares y que el apoyo astronómico desplegado para ilustrar la entrada es por si así se siente más fresquito, ¿no?
    :-).

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    1. Hombre, hace un poco de mucho calor, pero si abres la ventana te entran los autobuses con su ruidillo infernalete. Aquí quisiera ver a Álvaro Campos con su Oda Triunfal:
      "Ó rodas, ó engranagens, r-r-r-r-r-r-r eterno!
      Forte espasmo retido dos maquinismos em fúria!"
      (Ahora derretido)

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