miércoles, 16 de mayo de 2012

Al principio venían

Al principio venían de uno en uno, o en pequeños grupos, a veces en grupos más numerosos, sonreían o hacían gestos aparentemente conciliadores, ofrecían intercambios. Aunque no sabíamos sus intenciones reales, sus designios ocultos, nosotros les dejábamos acercarse y les correspondíamos intercambiando, ofreciendo en el canje algunas pequeñas cosas que seguramente necesitaban.

Su actitud se fue haciendo más resuelta, puede decirse que más provocativa, generando inquietud entre nosotros con sus actitudes y sus palabras. Venían en grupos numerosos, o en pequeños grupos, a veces de uno en uno. Pronto la inquietud entre nosotros fue creciendo, por sus ofensas, por sus insultos continuados. Con gran hipocresía afectaban sentimientos fraternales hacia nosotros, mientras claramente traslucían sus siniestros designios acerca de nuestro pueblo y nuestro futuro. Maestros de la doblez, querían aparentar actitudes desinteresadas, pero no nos engañaban; nosotros percibíamos con total claridad y transparencia lo ofensivo, lo perverso, lo insultante y provocador de su comportamiento aparentemente inocente que no podía engañar a nadie.

Tuvimos que defendernos antes de que nos sorprendieran. Ahora nuestro pueblo vuelve a respirar en paz, conjurada por fin la insoportable amenaza de esos discursos disolventes que se pueden concretar en la odiosa palabra, la más hipócrita y destructiva: libertad.



3 comentarios:

  1. Esta vez sí, el final me ha sorprendido, mucho.
    Vaya, vaya... a veces me quedo sin palabras

    LuzMar

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aaah, pues no sabes la mucha alegría que me das. Porque me gusta amontonar palabras, tratando de conseguir algo, crear un ambiente, dar una sorpresa, pero como yo ya me sé el truco, no puedo estar seguro de haber conseguido mi objetivo. Muchísimas gracias, LuzMar.

      Eliminar