domingo, 24 de julio de 2011

Impuestos: el tiro puede salir por la culata

Cuenta el gran Krugman que en 1990 el gobierno USA (entonces era presidente Bush padre) decidió establecer un impuesto especial sobre grandes yates. La idea era recaudar a los ricos para felicidad de los pobres. Sin embargo, el impuesto no sólo generó pocos ingresos, las ventas de esos yates cayeron un 71% y el empleo en el sector un 25%.
La teoría dice que un impuesto indirecto produce pérdidas irrecuperables de eficiencia, además de lo recaudado, es decir, excedente de compradores y de vendedores se pierde sin engrosar la recaudación. Y esto es más acusado cuanto mayor sea la elasticidad (sensibilidad de la cantidad al precio) de demanda y de oferta.
En este caso la demanda era bastante elástica: los compradores podían no comprar (se puede vivir sin yate, ¿no?), comprar un yate menos lujoso al que no afectaba este impuesto especial o irse fuera de USA a comprar. Y entre unas cosas y otras, eso permitió la enorme caída de ventas. La oferta, también con cierta elasticidad, se ajustó reduciendo significativamente el empleo.
El impuesto se suprimió en 1993, en vista del éxito.
Pero llama la atención que en USA, con tantos sabios economistas asesorando a los gobiernos pasen estas cosas. Qué no pasará entonces en países en los que el mercado es considerado uno de los enemigos del alma.
Hay que recordar que el infierno está empedrado de buenas intenciones.

 http://bcs.worthpublishers.com/krugmanwellsmacro/content/cat_030/lg_5_15/index.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario