Dicen que José Cardoso
Pires nació en la villa de São João do Peso, municipio de Vila de
Rei, en el distrito de Castelo Branco el 2 de octubre de 1925. Murió en Lisboa
el 26 de octubre de 1998. Si le preguntamos a él dirá que “por acaso, até sou
de Arroios. De Arroios, pois, de Arroios.” Y eso es Lisboa. Dice: Infância de
janela e solidão. José Cardoso Pires fue un Lisboeta, un alfacinha lechuguino,
un lísbio. He leído algunos libros suyos: O hóspede de Job 1963; Lavagante,
encontro desabitado, póstumo sobre material de 1963 a 1968; O Delfim 1968 (se
llevó al cine); Balada da Praia dos Cães 1982; Lisboa, livro de bordo 1997. Y
creo que el maestro va ganando con el tiempo, desde un Hóspede lleno de tópicos a un
Lisboa concentrado, cargado de la ironía fechada que canta del lisboeta, de una
lírica que se orienta a objetos nada grandiosos, sino más bien de barrio y de
taberna.
E acima de tudo há a voz
e o humor, o tom e a sintaxe, aquilo que te está, cidade, mais no íntimo. Falo,
é claro, do imaginario vocabular e da construção da frase que por si sós se
fazem ironia. Ah, sim, uma ironia arguta e tão fechada que pode ir de elogiar
em travessura à provocação de mau destino, tal qual como o calão em constante
mutação de cada bairro.
Es sobre todo en Lisboa,
livro da bordo donde se le ve a él mismo mientras habla de Lisboa, de corvos
penteados aos pulinhos, como seguramente él era un homem penteado luzidio y
perfumado de Varón Dandy o algo así: peinado con fijador, perfumado de
penetrante olor, dandy en sus movimientos medidos pero también mecánicos.
Lechuguino que admira o cuspir fininho lisboeta, tantas cosas que yo podría
decir que detesto y sin embargo, acompañadas de su fina ironía, de su grandeza
sólo arrabalera que podría ser modestia, ya no detesto. También es verdad que el
olor a tabaco y a litro y medio de varón dandy (así en minúsculas genéricas)
está tan lejos tan lejos que no me molesta.
El Cuervo de esta
taberna le debe la vida, podríamos recordar.
Y de Carlos do Carmo
dice que, después de Marceneiro y de Amália es quien mantiene la entonación
singular de Lisboa en su fado nativo y de barrio.
Cógete el Lisboa, livro
de bordo y acércate por Lisboa en cuanto puedas, antes de que se acabe el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario