LUCTUOSA RECETA OSCURANTISTA
Prívese a los tubérculos, tomados en cantidad
adecuada a la de preparado deseada, de sus tegumentos.
Sométanse a un proceso de deconstrucción en
ambiente hidratado basado en la elevación de la temperatura hasta el punto de
ebullición del agua durante tanto tiempo, para la presión de trabajo, como sea
necesario para que, tomada una fina astilla de madera, ésta penetre sin
dificultad y apenas reacción en el cuerpo del tubérculo, que estará inerte.
Paralelamente las trompetas habrán sido afinadas en
medio acuoso, hasta perder su broncínea turgencia.
Añádase a los tubérculos cloruro sódico y las aguas
trompeteras, opcionalmente, leche o algún derivado butírico.
Moltúrese la mezcla hasta consistencia
pastosa.
Dese el toque de trompeta.
Servir sobre lecho de pompas litúrgicas. De no
tener, pueden valer unas pompas fúnebres.
Trompetas de los muertos, Craterellus cornucopioides |
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ResponderEliminarUf, no sé, quillo... Al final (servidor que en cuestiones micológicas es de sota, caballo y rey) me quedo con unos 'faisanes', que es como llaman en mi poblado consorte al boletus aereus, fritos en tiras con su poquito de guindilla.
Saludos.
¿Tienen una plumilla tirolesa en el sombrero?
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