(Leche, no hay detalles. Además no encuentro el
artículo.)
Pero sí recuerdo una hermosa gráfica como esas de
la bolsa, en la que una línea se pasea de izquierda a derecha, acercándose y alejándose del eje de las abscisas, las que escinden con la edad.
Iba rodando abajo, rodando abajo, con altibajos,
hasta lo más bajo, y luego, ya pasado lo más bajo, no tenía más remedio que
subir, para no quedarse aburrida al nivel del mínimo.
¿Y cuál era el punto más bajo? Los 50 años.
Así que quería daros a todos los cincuentones la enhorabuena:
estadísticamente vamos a mejón. Alegrad el cuerpo. Y a los cuarentaañeros: no desesperéis.
Curva de la felicidad: recreación artística |
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