Siguiendo con la recuperación de comentarios anteriores a este blog:
Mi amigo Popper, a quien no tuve el gusto de
conocer, escribe sobre una nueva ética profesional:
- Frente al ideal de poseer la verdad y garantizar la verdad por la autoridad científica, la idea de que no puede haber autoridades científicas.
- Frente a la intolerancia al error, que desemboca
en el no reconocimiento del error y en el posterior encubrimiento, la idea de
que es imposible evitar todos los errores.
- Debemos aprender del error, su encubrimiento es
el mayor pecado intelectual.
- Aceptar las críticas con gratitud y criticar con
humildad: el error forma parte de nuestra vida.
- La crítica debe ser específica e
impersonal.
Y ahora una historia curiosa, en versión
libre:
En enero de 1993 se celebró un congreso internacional de vulcanología en Colombia, en las proximidades del volcán Galeras.
Se presentó una ponencia que establecía un método
predictivo de las erupciones basado en la frecuencia de unas ondas que se
interpretaban como generadas por la penetración del magma hacia la superficie.
Al hacerse más frecuentes anticipaban la erupción.
Según esta teoría la erupción del volcán Galeras
era inminente.
Sin embargo. las autoridades científicas, la crema
del Congreso, estaban instaladas en otro paradigma, por lo que se organizó una
expedición al volcán el 15/01/93.
La erupción coincidió con la expedición: murieron 9
personas, de ellos 6 expertos en vulcanología.
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